GRACIAS POR EL RECUERDO 10
Por Toño Carrizosa
Había un grupo musical que deseaba enormemente
grabar un disco en una compañía de origen transnacional, por lo que un día,
dejaron su tierra natal y llegaron al DF a buscar una audición.
Los recibió un director artístico exigente en la
música y en conocimientos armónicos. Al oírlos tocar, ni siquiera los dejó
terminar: desafinados, descuadrados, desentonados, sin concepto de una
dirección musical específica. Casi los corre a patadas.
Pero el grupo no se dio por vencido. Regresaron poco
tiempo después a pedir otra audición. En ésta ocasión los recibió otro director
artístico, pero igual de exigente que el primero.
Sucedió lo mismo. A las primeras notas fueron
despedidos de inmediato porque se notaba que eran más aficionados que
profesionales.
Volvieron a pedir una audición meses después y como
ya había dos antecedentes de ellos, a uno de los directores artísticos se le ocurrió llevarlos al departamento de
Productos Especiales.
Este departamento se encargó de atenderlos
proponiéndoles esta idea: Grabarían su disco, tendrían un tiraje mínimo de mil
copias, y se les cobraría el costo total de la producción. Eso sí, llevaría el
sello del perrito que tanta ilusión tenía en el grupo de pertenecer a esa
disquera.
La agrupación musical estuvo de acuerdo y grabaron
el disco como dios les dio a entender. A los pocos días tuvieron sus mil
discos, pagaron la producción y se fueron a su tierra.
Sin embargo pocos días después un representante del
grupo regresó a la compañía. Entonces le dijeron que ya no le harían pruebas si
ya tenía su disco, pero el enviado lo que quería era ¡otro tiraje de mil
discos!
Un par de meses después, volvieron ¡por otro tiraje
más! Y semanas después, por otro más. Eso llamó la atención de la gerencia de
ventas que se lo comunicó a la dirección general.
El gerente de ventas, que en ese tiempo era
Guillermo Infante llamó por teléfono a su vendedor regional de esa zona y le
dijo que averiguara que hacía un grupo musical ¡con 4 mil discos en sus manos!
El vendedor le dijo que había un baile en esos días
con ese grupo y que averiguaría todo. El reporte que llegó, no pudo ser más
halagador: el conjunto tenía un éxito apabullante en los bailes y vendían el
disco de vinyl como pan caliente.
Poco tiempo después llegó uno de los integrantes del
conjunto a las oficinas para pedir ¡un tiraje más! Ahí fue interceptado para
llevarlo a la dirección general en donde le extendieron un contrato exclusivo.
Así nació El Acapulco Tropical y ese fenómeno en
ventas sentó un precedente para cualquier artista que se aprecie de ser querido
en los escenarios.
Arte y diseño Guillermo Márquez
Arte y diseño Guillermo Márquez
Ayyyy weey...qué historia! Qué padre anécdota, Toño. Me he entretenido leyéndola y riéndome de la cara que han de haber puesto los ejecutivos de RCA Victor. Bonita historia y buena lección para las compañías grabadoras. Para nosotros solamente guardar el respeto por cual quier músico de la clase que sea, cante o no cante, cuadre o no cuadre. Un abrazo Antonio. Tu amigo de siempre Rene Manning.
ResponderEliminarGracias por tu valioso comentario amigo. Esa es la idea de este blog, que sirva de recuerdo, de aprendizaje y de antecedente. en un par de semanas más abriremos una columna más de CHISMES EXCLUSIVOS tal como los comentaba en mi columna de Notitas. un abrazo.
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